martes, 2 de diciembre de 2008

Whatever

Domingo por la tarde, bajo el edredón. Y qué si llueve en Dublín. Una gota de sudor recorre su cuerpo, mientras roza ligeramente con el mío. Más que nunca siento su calor....y pienso. Aún no escribí un final.

Échale un ojo a mi blog.

Esta es mi historia. Empecé escribiendo el 2008 y fue él quien me escribió a mi.

Aparto la vista hacia la ventana, las gotas chocan contra el cristal e intuyo varios paraguas que sucumben por culpa del viento. Y qué si hace tanto, tanto frio fuera....sus brazos se deslizan y me buscan, desapareciendo en él...

Y ese reloj se queda sin pilas. Y ese. Y ese. Y aquel.

Me da por pensar....cierro los ojos y veo las risas, las calles, la nieve, las bicis.
¿Se acaba? Pero fue. Y no me hubiese perdonado no haber sido. Suecia.
Con sus días, cortos. Con sus noches, grandes.

Pero abro los ojos y ahí estás. Me rindo ante tu mirada. Justo ahora, que iba a escribir un final...
Y me doy cuenta que prefiero escribir principios.

Así que despleguemos la alfombra roja y conduzcamos al 2008 hacia la puerta grande...que se deslice hacia la salida, que además, dicen que está en crisis.

Dejemos que el 2009 haga su entrada. Empecemos a escribir la historia de sus 365 días.

A mano. Con nuestro propio lápiz. Con nuestro propio papel.






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